27 septiembre 2005

ZP y el origen del terrorismo

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Insisten. Los atentados de Atocha se debieron a nuestra presencia en Irak y el hecho de que Londres haya sido también objeto de atentados parecía apoyar su tesis.

Pero insisten porque eso es lo que les interesa para legitimar su ascenso al poder de mano de los terroristas aunque los propios terroristas hablan de otras razones en sus comunicados.

Hasta que, finalmente, el atentado de Egipto vuelve a poner las cosas en su sitio. Egipto nunca estuvo en la guerra de Irak. Es más, los únicos egipcios que hay en Irak suelen ser los terroristas que combaten a los americanos. Si no estuvo en Irak ¿por qué atentan en Egipto?

¿Y ahora cómo van a echar la culpa a Aznar de los atentados? Pues ampliando el círculo y cambiando de tercio. La culpa ahora la tiene la pobreza creada por el imperialismo aliado de Aznar y por ello nada mejor que romper con los americanos y buscarse otras alianzas más decentes, más libres y más solidarias, como Cuba y Marruecos, por ejemplo. ZP nunca se equivoca.

Así de fácil. ¿Quién tiene la culpa de la pobreza en el mundo? ¡Pues ya está! Los americanos amigos de Aznar son los culpables, pero evitan mencionar que Egipto va a ser más pobre a partir de ahora gracias a que los atentados ahuyentarán a los turistas durante mucho tiempo y que Irak podía ser una nación en paz hace meses en plena reconstrucción de su economía y que es precisamente el terrorismo quien lo está evitando y manteniendo en la pobreza y el dolor a la población civil.

Desacreditadas definitiva y totalmente –por los hechos de Egipto– las coartadas del presidente Rodríguez que proporcionaban justificación a la actuación del PSOE durante las ilícitas elecciones que le dieron el poder, hay que recordar que el islamismo radical tiene otras razones para atentar.

Ante todo, el mandato coránico de expandir el islam a sangre y fuego si fuera necesario y de recuperar los antiguos territorios que fueron musulmanes. Estas son las razones históricas que los terroristas citaron en su comunicado del 11 de marzo 2004. En segundo lugar, razones coyunturales, como abrir brecha en la coalición facilitando la llegada al poder de ZP para que pudiera cumplir su promesa de retirar las tropas de Irak. En tercer lugar y no por ello menos importante entre las motivaciones del terrorismo, su odio a occidente que se funde y confunde con las anteriores. Esta es la razón del atentado de Egipto, precisamente contra los hoteles donde se alojan los infieles.

El islám está en decadencia. Los musulmanes se comparan con otras sociedades y pueden comprobar que incluso otras con menos recursos y riquezas que ellos, se renuevan y van saliendo de la miseria. Y no se conforman. Pero son incapaces de rebelarse contra un poder religioso que les mantiene en el pasado. Por el contrario, se rebelan contra los países más ricos y contra aquellos que les expulsaron de las tierras conquistadas y que hoy se han convertido en su paraíso soñado. El resurgimiento del islamismo radical y fundamentalista tiene por meta la expansión del islám y la reconquista de antiguos territorios musulmanes.

Asistimos a un movimiento que obedece a las ansias islámicas de conquista. El Islam necesita expansionarse, pero no sólo para cumplir el mandato divino que exige su difusión, sino para superar la sensación de que son una sociedad y una civilización en decadencia.

Lo que esconden esos movimientos actuales, reivindicativos de un Islam hegemónico es, sin duda, la sensación individual que tienen los musulmanes de que el Islam ha perdido la posición de predominio que tenía hace mil años. Pero es que los hechos confirman ese sentimiento de frustración. Un informe de Naciones Unidas habla claramente del fracaso de la modernización árabe. Para ellos es muy humillante ver como países asiáticos no musulmanes, también pobres y sin la riqueza petrolífera islámica, han superado la edad media y están siendo industrializados.

No son capaces de conseguir bienestar en sus lugares de origen y optan por apoderarse de lo conseguido por otros. Primero se instalan, luego crecen en número y fuerza. Más tarde exigen. Seguidamente surgen líderes políticos. Finalmente el país de acogida se pliega a sus exigencias y sucumbe. Aquí, en Francia y en otros países europeos estamos a la mitad del proceso.

El odio de los países islámicos hacia occidente está en proporción directa al grado de implicación que creen ha tenido cada país en su lamentable situación actual y España les expulsó de lo que hoy es todavía considerado por ellos como un territorio perteneciente al islám. Lo que el fundamentalismo extremista islámico tiene contra nosotros va más allá de lo de Irak.

Sin embargo hay gente tan simple que se ha creído que Aznar tuvo la culpa de todo y, a pesar del atentado de Egipto, seguirán en sus trece sin querer enterarse que ZP es el auténtico culpable del 11-M porque su irresponsable iniciativa pregonada por anticipado a los cuatro vientos, proclive a traicionar a la coalición, fue la que decidió a los terroristas por atentar en nuestro país.

Tales izquierdofrénicos son los del coro de ZP que estúpidamente cerriles, le seguirán votando hasta verse sin pensiones.

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