28 septiembre 2005
ZP y las ADM
Zapatero y sus correligionarios del PSOE se abalanzaron sobre las declaraciones del ex-jefe de inspectores de la CIA en Irak, David Kay, donde decía que no se habían encontrado armas de destrucción masiva (ADM) en Irak, para acusar a Aznar y al gobierno del PP de haber manipulado y mentido a la opinión pública. Zetapé sufre de amnesia aguda. Es verdad que Aznar afirmó creer que Saddam contaba con esos sistemas no convencionales, pero si eso era mentir, ZetaP y su gente también mintió.
Por ejemplo, un indiscutible líder socialista, Javier Solana, afirmó en una rueda de prensa tras su visita a la sede de la OSCE en Viena, el 26 de septiembre de 2002: «“No tengo necesidad de escuchar a Tony Blair para estar convencido de que existen armas de destrucción masiva en Irak y debemos hacer todo lo que esté en nuestro poder para destruir esas armas”».
También la Internacional Socialista aprobó una resolución con el voto expreso de los representantes españoles los días 20 y 21 de enero de 2003, en la que pedía más tiempo para los inspectores de UNMOVIC y decía expresamente que «“la Internacional Socialista subraya que la misión debe lograr el desarme total de las armas de destrucción masiva químicas, bacteriológicas, radiológicas y nucleares con el fin de remover toda amenaza al pueblo iraquí y a la región”».
Incluso el propio ZP lo tenía asumido. Tras la presentación de Blix y Al Baradei al Consejo de Seguridad, el 5 de febrero de 2003, simultánea a la comparecencia de Aznar en el Congreso de Diputados, el propio Zetapé no sólo nunca dudó de la existencia de las hoy criticadas armas de destrucción masiva, sino que, desde la tribuna de oradores –tal como consta en el diario de sesiones de esa fecha– afirmó rotundamente que lo importante era desarmar a Irak. Sin embargo, unos meses después acusaba de mentir a Aznar por decir lo mismo.
Un día después, de nuevo Javier Solana, dijo que «“Saddam Hussein está ocultando materiales que son peligrosos y, por tanto, esta situación no puede continuar”». Pero además de ZP y Javier Solana, otro insigne socialista, el que fue ministro del Ejército, Narcís Serra, durante la presentación en Madrid del libro “Las paradojas del Poder Americano” en marzo 2003, sostuvo y denunció que Estados Unidos había suministrado armas biológicas a Saddam en los 80, así que después de sostener que Irak las había recibido son capaces de negar que las tiene.
La realidad es que ZetaP y sus seguidores en ninguna declaración pública pusieron en cuestión la posesión por Saddam de las armas de destrucción masiva y no es menos cierto que cuanta ocasión tuvieron para criticar esa idea la desperdiciaron, apoyando siempre el desarme de Irak al que con tales armas creían armado, sobre todo después de que Saddam las hubiera usado contra los civiles kurdos del norte de Iraq. La pregunta, por tanto es, ¿si sabían que no existían, por qué no lo dijeron en su momento? ¿Y si creían que existían, por qué se asombran ahora de que también el Gobierno de Aznar lo creyera?
La respuesta es muy simple. Después que Zapatero y los suyos hubieran aceptado la existencia de tales armas, vieron la posibilidad de que las armas de destrucción masiva de Saddam se convirtieran en armas de destrucción política de Aznar y cambiaron de discurso sin importarles lo que habían mantenido anteriormente.
Nos tienen acostumbrados a la constante paradoja. En este caso, se desmintieron a base de mentir.