27 septiembre 2005

ZP y la moderación


Image hosted by Photobucket.com


ZP, a la cabeza del socialismo español, se supone que debería ejemplo de solidaridad con los desfavorecidos y ser faro de la lucha contra el derroche y la ostentación propia de esos capitalistas egoístas que mientras otros pasan dificultades ellos hacen gala de lujos innecesarios y fuera de lugar en un mundo donde, según ZP, reina la pobreza que origina el terrorismo.

El socialismo quiere ser sinónimo de modestia, sencillez y mesura. Los socialistas alardean de representar y defender todo aquello que es propio de los descamisados que justifican su existencia, pero el socialismo en realidad no es representativo de nada de eso; se sirve de los humildes como escudo para justificarlo todo y porque la lucha contra la pobreza pone etiqueta moral a sus abusos, pero los humildes no son otra cosa que un banco de votos y la lucha contra la pobreza no es más que una prioridad a nivel dialéctico.

El mandato de ZP se caracteriza por su afán de ser pionero. También sus colaboradores quieren ser los primeros en todo y se vanaglorian de ir por delante en temas que otros países no quieren tocar. Y realmente es así, el socialismo de ZP es pionero en despropósitos que nunca se vieron en otros gobiernos civilizados.

Sus contradicciones son muchas en cualquier asunto pero resultan especialmente impúdicas cuando hacen gala de derroches propios de nuevos ricos.

Las ministras reunidas en una exhibición más propia de capitalistas que de socialistas beligerantes contra la riqueza y la opulencia. Ropajes de precios millonarios que incluyen pieles de animales contra cuyo uso protestan inútilmente las izquierdas pero que se promocionan por unas ministras incongruentes. Socialismo de salón que busca y gusta del capital que dice despreciar.

ZP no es ajeno al lujo. Sus vacaciones le han llevado por hoteles de gran lujo –cinco estrellas– en Lanzarote, y por residencias de lujo –incluido yate– en Menorca o palacetes como el de Doñana, pero este verano se va a superar.

Estas vacaciones tienen previsto alojarse en La Mareta, residencia de Patrimonio Nacional que fue un regalo del monarca Husein de Jordania al rey Juan Carlos I en 1991. Cuenta con 10 bungalows, dos piscinas -una en el bungalow principal-, lago, cancha polideportiva, pista de tenis, pantalán (pequeño, como para una zodiac), helipuerto...

Sin embargo, no se ajusta a los gustos de la mujer de Rodriguez, Sonsoles Espinosa, ya que habría visitado la isla en un par de ocasiones, generando polémica por unas supuestas reformas en la residencia que, siguiendo la norma de quienes gastan dinero que “no es de nadie”, lo primero que hacen es transformarlo todo para ponerlo a su gusto.

Las vacaciones de los Rodríguez son caras. No ya por el derroche familiar sino por el derroche de su cortejo, para los que se han reservado 140 habitaciones en un hotel cercano, además de los bungalows que tiene la residencia para el séquito.

Y todo ello a pesar de que en el comité federal del PSOE del 26 de marzo de 2004, el presidente Rodríguez hacía participes a sus "compañeras y compañeros" de la necesidad de un comportamiento guiado por la "austeridad".

Lo escandaloso es que dijo: "No hablo sólo de frugalidad, de austeridad económica, no sólo de rigor en el gasto. Pido austeridad en el ejercicio del poder",

¡Toma castañas!

Comments: Publicar un comentario

<< Home


-Cerrar-
Nota:

REANUDADA LA PUBLICACIÓN EN FEBRERO 2010.

Para ver los últimos artículos vaya a la -V parte- y siguientes utilizando el enlace de más abajo.