ZP, ese hombre - II parte

Pues si, Zetapé piensa echarnos al extremo más cavernícola para convertirnos en antiguallas del pasado además de extremistas que ni merecen crédito ni un voto. Es la forma más burda de dividir al Partido Popular.

Los candidatos a ultraderecha somos nosotros, los que no se callan, los díscolos a seguir al rebaño y, claro está, a los que hay que combatir. Pero, miren ustedes, me importa un rábano y la mitad del otro que me llamen fa-cha o cualquiera de los otros piropos preferidos del rojerío porque no pienso renunciar a criticarlos y, si hace falta, a ponerlos a parir, aunque, eso si, procurando hacerlo con elegancia y sin sacar los pies del tiesto, lo cual no es inconveniente para que de vez en cuando le de una alegría al cuerpo y un desahogo llamándolos estúpidos o, en el caso de ZP, bobo, lerdo o nenaza, mejor dicho y para no mentir, maricón (esto último a raíz de su visita a Guadalajara, rehuyendo dar la cara con los afectados por el incendio y sin querer ofender a los homosexuales, pero es que en mi pueblo se llama así a todo aquel que le faltan pantalones).

Pero eso no es razón suficiente para que me echen al extremo, aunque sea derecho, porque los que aquí escribimos no somos exaltados ni fanáticos de nada sino simples ciudadanos, normales y corrientes –generalmente menos corrientes que ellos– con una gran dosis de cabreo por las cosas que nos quieren hacer tragar. ¡Qué menos que cabrearse! Es que el que no pase por ese trance le falta un punto de integridad y está a poco de dejarse convencer por Goebbelondo.

Lo que pasa es que ZP y los suyos comparan y en cuanto alguien disiente y les destapa las vergüenzas escribiendo en Internet, donde escapa a su censura y ellos no controlan nada, se ponen de los nervios y babean. Estaban acostumbrados al borreguerío y esto les descoloca.

El mundo feliz que sus medios de propaganda ha montado, donde nunca pasa nada malo imputable a ZP, donde nunca se equivocan, donde los malvados son los que todavía no han acabado la guerra del 36 contra ellos y los que crean tensiones entre los españoles negándose a negociar con terroristas o a descoser España, se desmorona por culpa de gentuza como nosotros, que somos unos desagradecidos. Encima que todo lo hacen por nosotros y nuestro bienestar, sin otro interés que el de la mayoría.

Pero todavía falta lo mejor. Y es que a base de querer borrar del mapa a la derecha han caído en la extrema izquierda. Ellos, que querían comerse el centro político lo están perdiendo. El Zapabobo se ha radicalizado y hasta los suyos lo notan. Tanto que ya se habla de escisión y de un nuevo partido socialista que recupere la moderación y la defensa de España, porque en muchas cosas diferíamos pero en que España era una, que queríamos hacerla grande y que debía ser libre, por mucho que les pese el slogan, ahí coincidíamos plenamente y no veo que nada de eso sea para avergonzarse ni acomplejarse.

Y en ese experimento de querer convertirnos en extrema derecha han sucumbido. Como en los comics, algo les ha fallado y han resultado afectados por el experimento que se ha vuelto contra ellos y los ha convertido en extrema izquierda. Vamos, lo mismo que querían hacernos pero en perverso. Ahora todos pueden ver que son los malos y hasta los suyos los repudian.

Perdonen ustedes pero del cabreo he pasado a la risa y no puedo seguir escribiendo.

¡Ay...! es que no puedo más... A ver si me distraigo porque me voy a poner malo...