27 septiembre 2005

ZP y la guerra

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El y todos los suyos se manifestaron una y otra vez en contra de la guerra. Se erigieron en abanderados de la ética y dejaron bien clara su oposición a la participación de España en una guerra. Lo que no era sino una misión humanitaria y de contribución al mantenimiento de la paz, imprescindible además para la celebración de unas elecciones democráticas que arrebatasen el poder absoluto al islam y sacaran a Irak de la edad media, se calificó de participación en la guerra y ocupación militar.

El socialismo de zETAp hizo causa común con las otras izquierdas para ir contra la guerra de Irak simplemente por el antiamericanismo que les corroe y han sido capaces de justificar el terrorismo y defender a los sicarios de Sadam con tal de ir contra los americanos. Nunca les perdonaran que hayan fumigado al comunismo parasitario de la humanidad. Será porque ellos también son parásitos.

Pero desde que el primero gobierno socialista de Felipe González llegó al poder, hemos conocido más de un centenar de guerras –en el primer lustro de los noventa murieron casi 5 millones y medio de personas– y ninguno de esos conflictos mereció ni siquiera un comentario de quienes no han reparado en medios ni mentiras contra la de Irak. Antes de Irak nunca jamás el socialismo se había manifestado contra la guerra.

La realidad es que a tanto moralista humanitario de pacotilla le importa un bledo la gente que muere en el mundo, como se demuestra con las matanzas del kurdistan, Yugoslavia, Mozambique, Angola, Afganistán... sin que NUNCA saliera ninguno de ellos a la calle.

Las manifestaciones organizadas por quienes jamás perdonarán a los yanquis que su modelo de democracia sobreviva al ocaso de sus paraísos comunistas, se ven secundadas por cientos de miles de sectarios pacifistas de nuevo cuño incapaces de manifestarse ante muchas de las muertes provocadas en otras guerras o en nuestra misma casa por ETA.

Sin embargo, retiradas nuestras fuerzas de Irak a un altísimo precio, pagado por España únicamente para que zETAp cumpliera su irreflexiva e irresponsable promesa, conseguidos los frutos de su postura contraria a la guerra –desencadenante de que el terrorismo islámico nos pusiera en su punto de mira y origen de su ascenso al poder– y creyendo olvidado todo aquello, el presidente Rodriguez no ha tenido reparos al envío de nuestros soldados a otros países para hacer lo mismo que estaban haciendo en Irak.

En este momento España tiene a más de 3.300 militares y guardias civiles jugándose la vida en misiones humanitarias y de paz en algunos de los lugares más conflictivos del planeta. Hoy los soldados españoles están presentes en Bosnia, Kosovo, Afganistán, Haití y en otros lugares conflictivos de los que ya nadie se acuerda. Sin embargo nuestros soldados continúan poniendo su vida en riesgo por mandato de ZP, el que lideró el “No a la guerra” de Irak.

ZetaP es el responsable de los casi 600 soldados españoles que están en Afganistán para garantizar la estabilidad y pendientes siempre de no convertirse en víctimas de los llamados señores de la guerra y de los de la droga que los matarían sin dudar a la primera oportunidad. Herat, donde está desplegado el contingente español, ha sido escenario de varios episodios de violencia armada, el último de ellos con más de cien bajas afghanas.

Rodriguez es el responsable de los 1.300 soldados que están en Bosnia y de los 1.200 de Kosovo, con la misión de impedir la reanudación de hostilidades y de establecer entornos seguros para los refugiados y se olvida que los ha enviado allí con la misión de defender a esos refugiados y esa frágil paz con lo que sea necesario, incluso con las armas o con sus vidas.

Zapa.tero también es el responsable de los 200 soldados que están en Haití realizando peligrosísimas patrullas y controles para detener a los bandidos, erradicar a las bandas armadas y localizar zulos con armas, por ejemplo.

Del mismo modo, siguen siendo su responsabilidad los que continúan en Armenia y Azerbaiyan, en Guatemala, Georgia, El Congo o Etiopía con la complicada misión de separar a las bandas en conflicto.

Pero el que era el gran opositor a la guerra de Irak, el que se negaba a que los soldados españoles participasen en misiones de paz, el que no quería que se arriesgasen vidas españolas, ahora, desde los compromisos a que obliga la presidencia del Gobierno, continúa enviando soldados a las regiones más peligrosas del mundo.

España enviará un destacamento del Ejército del Aire a la antigua república soviética de Uzbekistán, el país más inestable de Asia Central y regido de forma despótica por Islam Karimov desde su independencia de la URSS, donde hace tres semanas una revuelta popular contra el Gobierno acabó en un baño de sangre con más de 500 muertos. La operación supondrá el traslado del destacamento que nuestro Ejército tiene ahora en Manás, en la vecina Kirguizistán. El motivo del traslado es que Uzbekistán está más cerca del territorio afghano, por lo que los envíos de material y la eventual evacuación en caso de bajas será más sencilla.

Con el envío de soldados españoles a estos escenario, nuestros soldados han sido sometidos a un riesgo cierto por zETAp, a quien ya no le importan las guerras.

Aunque tampoco le importaba la de Irak. El sufrimiento del pueblo iraquí bajo la sanguinaria dictadura de Sadam no era lo importante. Lo que verdaderamente le importaba era erosionar y dañar a un Gobierno que estaba situado en unos niveles de eficacia, integridad y amor a España que le hacían inalcanzable el poder.

Tuvo que apoyarse en el terrorismo para poder gobernar. Lo mismo que ahora.

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