28 septiembre 2005
ZP y la bandera de España
No podemos pedir trigo a quien sólo siembra cizaña. Si ZP no tiene respeto por España ¿por qué iba a respetar los símbolos que la representan?
Ya hemos visto a nuestro ejército marchar a los sones de canciones regionales en lugar del Himno Nacional de España –que no llegó a sonar– y a menos que ZP adquiera súbitamente el sentido de Estado que corresponde a un auténtico presidente, pronto veremos a nuestras tropas desfilar portando la bandera autonómica en lugar de la nacional. Pero la culpa no es únicamente de esa inmundicia presidencial que ocupa el cargo por designio terrorista, sino de algunos militares que siguen confundiendo la obediencia debida con la debida compostura. Unas tropas que marchan a arriesgar su vida en nombre de España merecen cuanto menos ser despedidas con el himno que representa a la nación y no con el himno gallego, apropiado para eventos regionales –no mucho más allá de los folklóricos– y no para actos institucionales de alcance nacional.
Desde la Guerra de la Independencia la bandera bicolor rojigualda es el emblema simbólico del sentimiento nacional de un pueblo, que sin distingos sociales ni diferencias regionales, luchó por la integridad de la unidad nacional contra el invasor.
Y ese significado de nuestra bandera bicolor ha sido siempre aceptado por todos, izquierdas y derechas, y mantenidos los colores rojo y gualda a pesar de las distintas modificaciones que en su escudo se han introducido en cada época. Las demás banderas sólo representan a una parte de España y la mayoría – como la ikurriña, la andaluza o la del Barcelona Fútbol Club– han sido el invento de un grupo de seguidores que precisaban un signo de identidad propio además del español que todo lo engloba.
En el caso de los separatistas catalanes, como en el de los demás separatistas y republicanos, precisaban igualmente su propio símbolo, pero no representa más que a su club de fans. Por eso no importa que la utilicen para sus propios festejos. Dejemos la bandera de España, la de todos, para otras ocasiones y actos nacionales más dignos. Mientras tanto, que enarbolen su distintivo de tribu provinciana y egocéntrica. Eso no les hace menos españoles, aun a su pesar.
La Ley 39/1981 de fecha 28 de octubre (BOE nº 271, de 12 de noviembre) regula el uso de la bandera de España y de otras banderas y enseñas y su Artículo primero dice que «"La Bandera de España simboliza la nación, es signo de soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores expresados en la Constitución"». También añade la Ley que:
Artículo 5º
«”Cuando los Ayuntamientos y Diputaciones o cualesquiera otras Corporaciones públicas utilicen sus propias banderas, lo harán junto a la bandera de España, en los términos de lo establecido en el artículo siguiente”».
Artículo 6º
1.- «”Cuando se utilice la bandera de España ocupará siempre un lugar destacado, visible y de honor”».
2.- «”Si junto a ella se utilizan otras banderas, la bandera de España ocupará lugar preeminente y de máximo honor y las demás no podrán tener mayor tamaño”».
La mayoría de alcaldes catalanes y vascos han eliminado la bandera de España en los ayuntamientos y algunos se muestran desafiantes, como la alcaldesa de Ripoll (Gerona) que se niega a obedecer una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que obliga al Ayuntamiento de Ripoll a que la bandera de España ondee junto a la bandera catalana y la del municipio. La alcaldesa decidió retirar la bandera española y la europea y ha llegado a asegurar que para que se cumpla la sentencia “tendrán que venir los tanques”.
Y no pasa nada. Los antiespañoles van a más con la colaboración del Gobierno ZP que también empieza a arrinconar y sustituir los símbolos nacionales para que nos vayamos acostumbrando a los símbolos autonómicos que nos vienen con la independencia vasca y catalana. Ya han empezado con el himno nacional y en vista que nadie ha levantado la voz, pronto veremos más de lo mismo. La foto que ilustra este comentario es otro ejemplo del protagonismo que ZP ha otorgado a las banderas regionales, que equipara con la nacional como si de otra nación se trataran.
ZP acusaba a Aznar de monopolizar la bandera, la unidad de España y la propia Constitución, pero el tiempo ha dejado claro que era él quien las despreciaba e ignoraba mientras la derecha se quedaba sola respetándolas y defendiéndolas mientras la izquierda se excluía.
Lo que nunca esperaba llegar a ver es que el Ejército se prestase a ser el protagonista de ese atentado contra la constitución y los símbolos de la nación española, única a la que sirven. Gran ocasión perdida para la dignidad y el honor militar del jefe de la Unidad que debería haberse negado a embarcar con sus hombres sin haber oído el Himno Nacional, como correspondía al acto y los que van a jugarse la vida por España merecían.
Ojalá tomen nota para la próxima ocasión. «¡Aquí no embarca ni Dios si no suena el Himno Nacional!» es lo que esperamos leer en los titulares de los periódicos si vuelve a suceder.