28 septiembre 2005

ZP y la guerra de Iraq

La misión de los soldados españoles en Iraq era la ayuda humanitaria y el mantenimiento de la paz, necesarias para unas elecciones democráticas.


No hace falta recordar cual fue la postura de ZP sobre Irak. Nuestra participación en la posguerra para colaborar en el mantenimiento de la paz, necesaria para llegar a unas elecciones libres y democráticas, así como nuestra ayuda humanitaria y en la reconstrucción de infraestructuras básicas para la población civil, nunca fue reconocida como «”misión de ayuda humanitaria y restablecimiento de la seguridad”» siendo además calificada reiteradamente de «“ilegal”» por ZP y los suyos, quienes afirmaron que las resoluciones de la ONU no amparaban en ningún momento nuestra presencia en Irak.

Bajo esas premisas impuestas por la izquierda –como fuerzas invasoras participantes en una guerra ilegal– nuestros soldados fueron retirados de Irak en cuanto ZP se hizo cargo del gobierno de la nación.

Pero apenas seis meses después el Gobierno elaboraba un documento para acompañar al «“Real Decreto Ley sobre indemnizaciones a los participantes en operaciones internacionales de paz y seguridad”» – que fue aprobado el 5 de noviembre 2004 por el Congreso de los Diputados, donde se decía –página 20 de la memoria económica– que la participación española estaba amparada por las resoluciones 1441, 1483 y 1511 de la ONU y que tenía la misión de ayuda humanitaria y restablecimiento de la seguridad.

Tal reconocimiento del Gobierno socialista, que legitimó la intervención española en Irak, fue recogido por “El Mundo” de fecha 29-11-2004 pero no tuvo la repercusión que merecía y hasta el propio Gobierno socialista ha seguido insistiendo después en la ilegalidad de dicha participación, olvidando cuanto decía el texto aprobado en el Congreso.

No cabe duda y siempre he defendido que la guerra de Irak estaba amparada por las resoluciones de la ONU, especialmente por la resolución 1441 que proviene de las resoluciones 678 y 687.

Por la resolución 678, el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó el uso de la fuerza en contra de Irak para expulsarlo de Kuwait y restaurar la paz y la seguridad en la región. Así quedo autorizada la llamada “Guerra del Golfo”.

Más tarde, en la Resolución 687, que establece las condiciones del cese el fuego tras la Operación Tormenta del Desierto, el Consejo de Seguridad impuso obligaciones continuas a Irak para eliminar sus armas de destrucción masiva al objeto de restaurar la paz y la seguridad internacionales en la zona. La Resolución 687 suspendía pero no daba por terminada la autorización para el uso de la fuerza bajo la Resolución 678. Es decir, dejaba en suspenso la guerra –alto el fuego y no armisticio– con la condición de que Irak se desarmase.

Pero el quebranto material de la resolución 687, al no desarmarse ni dar facilidades para su comprobación, restableció la autorización para el uso de la fuerza bajo la Resolución 678.

En la Resolución 1441 el Consejo de Seguridad determinó que Irak estaba infringiendo y seguía quebrantando la Resolución 687 porque no cumplía con sus obligaciones de desarmarse bajo dicha resolución. Igualmente, la Resolución 1441 le daba a Irak una oportunidad final de cumplir con sus obligaciones de desarme y le advertía de serias consecuencias en caso de no hacerlo. El Consejo de Seguridad también decidió en la Resolución 1441 que si Irak no cumplía con y no cooperaba plenamente en la aplicación de dicha Resolución, ello constituiría una violación más de todas las obligaciones y advertencias.

Finalmente, tras últimos intentos para conseguir que Irak facilitase a los inspectores de la ONU las investigaciones requeridas en lugar de ponerles trabas o expulsarlos, después de haber incumplido hasta 16 resoluciones de la ONU y haber estado intentando llevar a cabo las inspecciones durante doce años, quedó claro que la Resolución 1441, como las anteriores, se continuaba infringiendo y que las condiciones establecidas para el alto el fuego no se habían cumplido, por lo que la autorización para el uso de la fuerza bajo la resolución 678 quedó renovada después de doce años de intentos pacíficos y el alto el fuego decretado en la Guerra del Golfo podría quedar abolido y reanudarse el conflicto armado.

Posteriormente, ante el antagonismo de Francia y Alemania, se intentó conseguir una nueva autorización, aunque no era necesario. La Resolución 1441 podría haber contenido la necesidad de una nueva resolución para sancionar nuevamente el uso de la fuerza si llegaba el caso, pero lo único que la Resolución 1441 requería era informar al Consejo de Seguridad sobre el incumplimiento de Irak, pero no una resolución adicional expresa que renovase la autorización para el uso de la fuerza.

ZP ha tenido que rendirse a la verdad y aceptar que nuestra intervención en Irak estaba amparada por las resoluciones de la ONU y que nuestra misión era humanitaria y de restablecimiento de la paz, todo ello con la finalidad prioritaria de implantar una democracia donde antes había una dictadura sanguinaria y de que el petróleo –bien de interés estratégico– no se controle por quienes se declaran nuestros enemigos.

Si se logra, habrá sido con la infame oposición de ZP.

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