ZP, ese hombre - II parte

En un nuevo episodio de “eficacia y lealtad”, el Gobierno ZP abandona la reivindicación de la soberanía de Gibraltar. El Gobierno socialista de Rodríguez, que aceptó la iniciativa sin precedentes históricos de negociar con Londres y Gibraltar en el denominado Foro a Tres que nos dejaba en minoría, parece ahora dar un nuevo paso atrás en su política exterior respecto de Gibraltar.

El director general del Ministerio de Asuntos Exteriores, Josep Pons, pontifica que "Los españoles debemos aceptar que hoy en día Gibraltar no es español". Así que en lugar de trabajar y pelear políticamente para que nos sea devuelta la soberanía de un trozo de España usurpado ilegalmente, lo que quiere Pons es que admitamos el hecho consumado y aceptemos la propiedad inglesa sobre lo que nos robaron.

Para justificar su traición a lo que gobiernos de todas las tendencias han venido reivindicando desde el primer día, Pons afirma que "nadie tiene toda la razón ni nadie debe imponer la verdad por encima de todo". Así que tiene miedo a que la verdad se imponga, anteponiendo sus propios fines a la verdad. Tampoco en esto es original y no hace más que destapar una de las esencias socialistas.

Pons, responsable directo del citado Foro a Tres – una negociación a tres bandas desconocida en la historia, pues nunca España había aceptado negociar sobre Gibraltar más que con el Reino Unido– considera "inmovilistas" las opiniones no coincidentes con la suya y la del Gobierno socialista. Pero Pons es muy vulgar. Ya lo hicieron otros con Aznar y cuando se mostraba firme ante una injusticia, no dudaban en llamarle inmovilista por no ceder y pasar por el aro. Claro que Pons es catalán y poco aprecio tiene a lo español, así que no le duelen prendas en regalar lo nuestro a los ingleses. Si en vez de Gibraltar se tratara de Girona, su generosidad y talante serían otros.

Aunque este individuo no es más que un ignorante que desconoce la historia de Gibraltar y la forma en que nos robaron ese trozo de tierra española. Si pensara como español en lugar de hacerlo como un bastardo, se indignaría ante el hecho de que Gibraltar quedase baja la bandera inglesa y siga en sus manos gracias a unos acuerdos que se incumplieron por los británicos en un acto de piratería que Pons quiere legalizar y que encima lo olvidemos.

Pons es un español renegado y mal nacido, lo inexplicable es que disfrute de un cargo desde el que puede perjudicar irreversiblemente los intereses españoles y que se le pague por ello. En nuestra ingenuidad creíamos que estos altos cargos debían ser inflexibles en la defensa de nuestros intereses y que para eso estaban.

En Roma no pagaban traidores, aquí parece que cuanto más indignos se llega más alto y se disfruta de mejores salarios.